¿Dónde ha quedado la picaresca comercial aplicada a la infancia?
¿Dónde estas esos jugueteros sin escrúpulos aprovechando la moda juvenil de la temporada? A día de hoy, las cartas de Pokemon son oficiales, las de la WWF llevan incluso holograma y las figuras de las Tortugas Ninja sólo se pueden adquirir en el Corte Inglés a precios de infarto (¡¡30 pavazos en el caso de los He-Man!!).
Antes de que las superpotencias jugueteras coparan el mercado, cientos de pequeños "empresarios" avispados hicieron negocio con el entretenimiento infantil. ¿Licencia?, ¿eso qué es? ¿Oficial? ¿Pero quieres comprar los cromos de una puta vez y dejar de preguntar, chaval?
Pensando en la próxima película de DB y de como nos la quieren meter doblada, he vuelto a recordar todos aquellos timos y productos pseudo-oficiales con los que saciábamos nuestra adicción dragonbolera a mediados de los noventa. Los tenderos de barrio volvieron a hacer su agosto gracias a yonkis de entre 6 y 15 años.
Antes de que las superpotencias jugueteras coparan el mercado, cientos de pequeños "empresarios" avispados hicieron negocio con el entretenimiento infantil. ¿Licencia?, ¿eso qué es? ¿Oficial? ¿Pero quieres comprar los cromos de una puta vez y dejar de preguntar, chaval?
Pensando en la próxima película de DB y de como nos la quieren meter doblada, he vuelto a recordar todos aquellos timos y productos pseudo-oficiales con los que saciábamos nuestra adicción dragonbolera a mediados de los noventa. Los tenderos de barrio volvieron a hacer su agosto gracias a yonkis de entre 6 y 15 años.
Remontándome con la memoria lo más atrás en el tiempo, llegaría hasta las fichas del Tele Indiscreta. Seguro que desde "V" no vendían tantos números como en aquella época. El reclamo era fácil: un poster impreso en papel cuché y unas pegatinas con dorso informativo acerca de Dragon Ball y Dragon Ball Z. La verdad es que visto ahora, no me parece ni la mitad de timo en comparación con lo que llegaría después. Recuerdo que la pregunta que más se hacía la chavalería era ¿quién coño es ese tío? En referencia a una imagen de mi querido Radix (ese gran heavy), que en aquella época era más conocido como “el tipo de la gafa”.

Goku mayor contra el tipo de la gafa!
Todo un éxito fueron las Dragon Ball "cards"… Si, ya sabéis a qué me estoy refiriendo. No hablo de la clásica baraja de naipes infantiles que también nos compramos en el rastrillo del barrio. Hablo de esa infecta colección de ciento y pico fichas de cartón editada por Ediciones Este (Barcelona) que se vendía a modo de cromos y se guardaba en un estuche igual de guarro que todos teníamos roto por algún lado. El caso es que dependiendo de la ficha, el dibujo del personaje podía ser desde cutre hasta directamente escalofriante.

WTF??
Resulta irónico porque a tenor de la pésima calidad de los dibujos, nadie diría que tenían ningún tipo de licencia. Pero la tenían. Yo personalmente prefería con mucho mis fichas de creación propia, muy apreciadas en mi colegio. Mi vídeo sufrió más PAUSES en aquella época que puños repartían en el torneo de artes marciales. Me pregunto si tendré alguna de esas fichas guardada por algún sitio…
También había quien se dedicó a coleccionar unas figurillas de la serie, que estaban hechas como de goma de borrar dura y coloreada. Creo que las daban con unos snacks de dudoso gusto metidos en la clásica bolsita de plástico, de color naranja fuerte y con medio reparto de DBZ dibujado. Más tarde sacaron aquellas mismas figurrillas pero en plástico chungo (estas no se ennegrecían y se conservaban bastante mejor). Parece mentira que más de una década después, Dragon Ball siga siendo un reclamo para vender snacks y bollería industrial como es el actual caso de Phoskitos.
También había quien se dedicó a coleccionar unas figurillas de la serie, que estaban hechas como de goma de borrar dura y coloreada. Creo que las daban con unos snacks de dudoso gusto metidos en la clásica bolsita de plástico, de color naranja fuerte y con medio reparto de DBZ dibujado. Más tarde sacaron aquellas mismas figurrillas pero en plástico chungo (estas no se ennegrecían y se conservaban bastante mejor). Parece mentira que más de una década después, Dragon Ball siga siendo un reclamo para vender snacks y bollería industrial como es el actual caso de Phoskitos.
El negocio sigue vivo
Más tarde salió una nueva colección de Panini (las Combat-Cards) con ciento veinte cartas, contando los índices (¿?) que ya gozaba de una calidad notablemente mayor, aun siendo bastante timo en cualquier caso. Allí se mezclaban sin ton ni son personajes de Dragon Ball, Dragon Ball Z y algunos de las películas (Garlic). La colección se cortaba de la manera más vergonzosa antes de que Célula alcanzase su estado de “perfección”. Un caso similar a las colecciones de cromos, que se acababan en cualquier momento de la serie con las tramas sin concluir.

Esto en el barrio era ya la repanocha
Por su parte, los ladrones de Norma Editorial sacaron su propia colección de cartas, las Rami-Cards, que no se si llegaban a ser más de 50. Esta colección ya incluía ilustraciones de alta calidad made in Toriyama. La gracia estaba en que cada carta ¡costaba la friolera de 175 pelas! Eso quiere decir que ¡¡una puta carta costaba lo mismo que un comic completo!! No sé como coño conseguí tantas. Realmente en aquella época era un niño que estaba mal de la cabeza.
Por aquella época también apareció el cómic paródico “Dragon Fall”, cuyo primer número (el especial serie lila) fue un auténtico exitazo juvenil.

De hecho, en un top ten de ventas de una céntrica librería madrileña, DF aparecía justo a continuación de la indiscutible número 1, DB.

¿¿¿¿???
Aquellos eran tiempos donde pequeñas editoriales con autores españoles pudieron hacerse un hueco en el mercado. Me refiero a cómics como “Sueños” (otro ¿pequeño? éxito de ventas), “Kami Seeds” (que fusilaba sin pudor el espíritu Toriyama), “Desafío”, “Hombres y Bestias”, “El Baile del Vampiro”, “Gran Circo Capuccino” o “Mondo Lirondo” y muchos “fanzines” fotocopiados, que esos son para dar de comer aparte… En fin, que me estoy yendo por las ramas.
“Dragon Fall” en líneas generales, era una idea con gracia que daba para unos cuantos números pero que se alargó de manera innecesaria (ay la pasta, cómo nos gusta a todos la pasta…), desgastándose rápidamente y desapareciendo en plena decadencia (“GTI”), en parte por la vagueza de los autores (que descuidaron los dibujos y guiones de forma alarmante) y por cambios en la editorial y la periodicidad.
¿Y qué me dicen de productos como la colonia Dragon Ball, sospechosamente parecida a TODAS las otras colonias infantiles con los motivos de la serie de moda? Aberrante, cierto es.
Dentro de los productos textiles teníamos la gorra azul con el logo de la seria (que tenía), la camiseta plastificada que te hacían en un puesto de la playa (que tenía) y luego chorradas como los calcetines Dragon Ball (que creo que también tenía, ¡¡arrrrg!!).
¡Mucho tiempo después llegaron a algunas tiendas chinas unas imitaciones de figuras de DBZ tan buenas que eran casi indistinguibles de las auténticas!

Y lo bien que quedabas en los cumpleaños con uno de estos...
De hecho, servidor ha visto esas mismas figuras a la venta en tiendas especializadas y ha sido incapaz de distinguir unas de otras salvo por la notable diferencia de precio… ¿Será que en algunas librerías especializadas nos quieren dar el palo?
En este caso, más que timo, aquellas figuras eran un chollo. Venían en cajas chulísimas, estaban bien reproducidas y eran super baratas. También pasó con los X-Men y en menor medida con algunas figurillas de Star Wars (aunque los rostros de estas sí que daban el cante).
Visto con el paso del tiempo, todos estos cachivaches y roba-dineros me parecen entrañables y desde luego mucho menos insultantes que la próxima película de Dragon Ball, un engendro que nadie recordará con cariño.
¿Qué mierdas os comprasteis vosotros? ¿Algún puzzle de Son Gohan? ¿Unas rodilleras de Tortuga Duende? Compartid vuestros recuerdos con nosotros y uníos a nuestra llamada a la insumisión. ¡Ni 1 € por DB: The Movie!
1 comentario:
Madre mía, que artículo enciclopédico... y qué de mierdas que nos comprabamos de pequeños (bueno, y no tan de pequeños. En fin, esto demuestra que siempre que surgen grandes obras, surgen grandes timos. Aunque lo que quieren hacer con Dragon Ball no tiene nombre. Unámonos todos y gritemos: ¡¡Ni un Euro por Dragon Ball!!
Por cierto, ¿nadie se ha fijado que el Mutenroshi del anuncio de Phoskitos es más Mutenroshi que el elegido para la película (Chow Yun-Fat)? ¿Tan dificil era?
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